Fomentar una cultura de compromiso efectiva
El entorno laboral actual se caracteriza por una creciente movilidad del talento, lo que resulta en una menor permanencia dentro de las organizaciones. Esto exige fomentar el compromiso con una visión a futuro. Desarrollar el compromiso como parte de la estrategia empresarial es crucial para mejorar el rendimiento.
¿Cómo pueden las organizaciones cultivar el compromiso de las personas empleadas hoy en día? Una cultura corporativa basada en valores compartidos, celebrados y vividos fomenta un mayor compromiso, involucrando a todo su personal como partes interesadas en su futuro y el de la empresa.
Para lograr esto, es esencial centrarse en la gestión del rendimiento a través de expectativas claras, desarrollo profesional y relaciones laborales positivas. Sin embargo, a menudo el compromiso se mide únicamente por la satisfacción y la felicidad, lo que no siempre conduce a los resultados deseados. El nivel de compromiso y pasión que las personas sienten por su empresa está directamente influenciado por su conexión emocional e intelectual.
Hoy en día, las personas profesionales buscan experiencias laborales enriquecedoras y significativas. Para comprender estas necesidades, es vital escuchar a cada uno de ellos y ellas individualmente, ya que sentirse escuchado/a y tener la oportunidad de expresarse, independientemente de su posición, es enormemente gratificante. Las personas profesionales desean conexiones más profundas y quieren sentirse valoradas en sus roles. Sin embargo, muchas empresas aún dependen de estrategias obsoletas para abordar el compromiso y la retención.
Amy Edmondson, profesora en la Escuela de Negocios de Harvard, acuñó el término seguridad psicológica en 1999, definiéndolo como la creencia compartida de que el entorno laboral es seguro para asumir riesgos interpersonales, impulsando la innovación y la productividad en equipos de alto rendimiento. En este contexto, el proyecto Aristóteles de Google identificó características esenciales de sus equipos más efectivos, destacando la seguridad psicológica como un factor clave. Cuando una persona profesional siente que puede asumir riesgos y compartir ideas sin temor, el rendimiento y el compromiso del equipo mejoran significativamente. Esto se traduce en mayor productividad, mejor retención y una experiencia del cliente mejorada, lo que a su vez incrementa los ingresos y las ganancias.
La clave para alcanzar estos objetivos radica en implementar acciones concretas que promuevan una cultura de compromiso, como fomentar la comunicación abierta, realizar sesiones de retroalimentación regular, proporcionar capacitación en habilidades interpersonales, reconocer y celebrar logros, promover la diversidad e inclusión, alentar el desarrollo profesional y establecer límites y expectativas claras.
En conclusión, establecer una cultura de compromiso implica más que simplemente realizar una encuesta anual entre los empleados. Las organizaciones deben definir, comunicar, tomar acciones y medir resultados. Además, es esencial involucrar a las personas empleadas en la construcción de su futuro dentro de la empresa al valorar sus contribuciones. En el entorno incierto y cambiante actual, estas prácticas permitirán a las empresas diferenciarse y crear una sólida cultura de compromiso.

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